Según el calendario, hacía casi cinco años que no se escribía una sola palabra en este blog. Fui a por tabaco y probablemente entré en un bucle espacio-temporal. Ahora ya no fumo, la crisis mundial se ha hecho crónica y todo es cada vez más raro. Unos se agitan, otros se indignan y, peor aún, la mayoría hace ver que todo sigue igual y silba, y además desafinando. Para situarme escribiré cosas en este blog. Escribir me ayuda a pensar y de pasada a compartir la perplejidad a falta de poder compartir unos vinos, que sería lo que más me gustaría. Para empezar quería hablarles de una apisonadora. Si les apetece saber más pueden apretar el botón que cierra este espacio. Prometo que no saltarán por los aires.