Un cartel para un festival
El Festival de Cine de Huesca, dedicado a los cortometrajes, me encargó el cartel de su XXVI edición, en 1998. Fue un homenaje a la figura del acomodador, ese hombre o esa mujer que en otras épocas te acompañaba a tu localidad armado de una linterna y a cambio de una propina voluntaria. En 1998 ya eran historia.